miércoles, 26 de agosto de 2015

Una decisión acertada

“A Él le toca crecer, y a mí menguar”
(Juan 3:30 NVI)
Recuerdo como si fuera ayer, el día que recibí a Jesús como mi Señor y salvador. Fue hace 11 años, en la ciudad de Cali, Colombia. El Pastor Ariel Castro de Casa Sobre la Roca, había predicado sobre aquellas situaciones en las que decidimos comer el plato de lentejas que se ofrece en la calle y dejamos de lado el banquete de bendiciones que El Señor nos ofrece al calor de nuestro hogar.
Sufría a causa de una segunda infidelidad por parte del papá de mis hijas, mi autoestima tambaleaba, buscaba con ansias encontrar algo que me guiara, me orientara sobre qué hacer y me ayudara a encontrar tranquilidad en medio de la tormenta. Mi corazón, palpitaba a mil por hora, ansiosa pasé al frente, reconocí a Jesús como mi salvador y salí de aquel lugar, divagando sobre lo que pasaría de allí en adelante.
Hice mi oración de fe llorando amargamente, anhelando que mi vida tomara sentido, que lo que hacía, decía y vivía, reflejara lo que mi corazón abrigaba, un profundo deseo de familia, amar sin límites, sentirme amada, valorada e inmensamente feliz. Anhelaba conocer la razón de porque Dios me permitía respirar; allí estaba parada frente al Pastor, decidida a cambiar mi situación de una vez por todas y para siempre.
Hoy puedo entender la magnitud de lo que sucedió ese día, echo un vistazo hacia atrás, solo para vislumbrar lo que fui y ya no soy, y puedo ver que no fue el Pastor Ariel quien me abrazó, sino el mismo  Dios que me tomó ese día entre sus brazos para iniciar un arduo trabajo de transformación en mí, para decirme que me amaba con tal fuerza, que restauraría mi vida, y que absolutamente NADA de lo que estaba viviendo y estaba por vivir, sería en vano.
Puedo decir con seguridad, que ese día es el más importante de mi vida. Entregarle mi corazón a Jesús y permitirle obrar en medio de mis pruebas, es lo que le da sentido a mi existir. No dudo un minuto en decir, que a Él le debo TODO, que su amor me motiva, me inspira y me empuja a esperar cada vez más, a dejarme sorprender, porque quiero más de lo que Él me puede dar, de los milagros que puede hacer, de su bondad y misericordia, porque a su lado, me siento completa, me siento útil, me siento amada y plenamente feliz.
La pregunta correcta, no es por qué sino para qué te suceden las cosas, que es lo que Dios espera de ti en medio de las circunstancias que estás viviendo. No se trata de religión, se trata de qué camino quieres seguir para que tu vida cobresentido. Tienes un propósito así hoy no lo entiendas, Dios desea abrazarte y decirte al oído que te ama, que erescreación maravillosa y que no te encuentras solo, pero necesita de un corazón dispuesto, a dejarse guiar hacia la tierra prometida.

¡Prepara correctamente el corazón, así serás capaz de vivir en libertad y tendrás éxito en tu llamado!

“Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio”

(2 Timoteo 1:7 NVI)



viernes, 21 de agosto de 2015

¿Por qué me pasa esto a mí?: fe verdadera en medio de las pruebas

“Considera mi aflicción, y líbrame, pues no me he olvidado de tu ley. Defiende mi causa, rescátame; dame vida conforme a tu promesa.”
(Salmos 119: 153-154 NVI)
¿Te ha pasado que intentas dar lo mejor de ti en todas las áreas de tu vida, que te esfuerzas por agradar a Dios en todo momento, no le haces daño a nadie, tienes una actitud positiva ante toda circunstancia, tratas de no quejarte tanto, pero las cosas no te salen como esperabas?.
Job, fue un hombre recto e intachable ante los ojos de Dios y de los hombres, no le hacía falta nada, tenía una familia feliz, mucho dinero, propiedades, ganado, criados y buen nombre ante la sociedad (Job 1 NVI).
Debes saber que Dios, te portes bien o te portes mal, prueba tu confianza en Él, en medio de tus dificultades. Dudas en tu mente pero crees en el corazón, que todo lo puede, y esperas una pronta respuesta a tus oraciones, pero al ver que esa respuesta es demorada y que aquello que te entristece no cambia sino empeora con el pasar del tiempo, te lleva a pensar de manera equivocada, motivándote a  alejarte de Dios, culpándolo por lo que para ti es frustración y derrota.
 Job, fue un hombre que lo perdió todo, sus posesiones materiales, su familia, su matrimonio, sufrió enfermedad, fue señalado y cuestionado por sus amigos, se sintió devastado, pero permaneció firme en sus principios y convicciones.
Aunque Job no hallaba respuesta a sus súplicas, declaraba que el Señor se ocupaba de él, soportó su sufrimiento con paciencia y afirmó que si había recibido bendiciones por parte de Dios, también debía aceptar los problemas con un corazón humilde.
Al sentirse atacado y abandonado por su familia y amigos, confrontó y cuestionó a Dios, exigiéndole una respuesta ante su situación, más sin embargo, lo hizo ante Él, y no ante los seres humanos, y es en medio de sus cuestionamientos, que Dios le habla, para hacerle entender que Él tiene el control de todo.
“El Señor le respondió a Job desde la tempestad. Le dijo: ¿Quién es éste, que oscurece mi consejo con palabras carentes de sentido? Prepárate a hacerme frente; yo te cuestionaré, y tú me responderás. ¿Dónde estabas cuando puse las bases de la tierra? ¡Dímelo, si de veras sabes tanto!” (Job 38:1-4 NVI).
Al creador de lo que podemos ver y percibir en el mundo, no le ha quedado grande tu vida. Si decides confiar en Él ycaminar de su mano, puede darte más de lo que esperas, pero para que esto suceda, es necesario clamar por su intervención, dejando de lado la queja, la infidelidad, la lujuria, los negocios ilícitos, la mentira, el odio, el resentimiento, el temor y todo aquello que te aleja del plan divino que Él ha trazado para ti.
Dios es poderoso, no rechaza al inocente, todo lo entiende, hace valer sus derechos, lo cuida, lo libra de la aflicción, lo consuela en medio del sufrimiento, le pide apartarse del mal, obedecerle y servirle, para gozar de prosperidad, lo único que tiene que hacer, es dejarse instruir y orientar  por Él.
Lo que hoy estás viviendo, falta de trabajo, un matrimonio destruido, la soledad, un grave diagnóstico médico, la pérdida de un ser querido o las deudas que te roban la paz y la de tu familia, cualquiera que sea tu circunstancia, no es desconocida para aquel que te creó; aunque no lo sientas o lo veas, está trabajando en ti con una dedicación especial.
Finalmente, Dios promete restituirte, llevarte a un lugar amplio y espacioso, y sostenerte en medio de las dificultades, siempre y cuando entiendas que no es en tus fuerzas, sino es por su mano poderosa que saldrás victorioso (Job 36:16 NVI).
No podemos cuestionar los planes de Dios, porque en nuestra sabiduría no podemos comprenderlos. Reconocer su soberanía en cada una de las experiencias buenas o malas vividas, es lo que abrirá las puertas del cielo, para que sobreabunden bendiciones como premio a nuestra paciencia y perseverancia.
¡La decisión de tener fe es personal y voluntaria!, cambiar las actitudes con las que enfrentas las pruebas, te permitirá ver claramente el camino a seguir para recibir la tan anhelada recompensa.
“El Señor bendijo más los últimos años de Job que los primeros, pues llegó a tener catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas. Tuvo también catorce hijos y tres hijas. A la primera de ellas le puso por nombre Paloma, a la segunda la llamó Canela, y a la tercera, Linda. No había en todo el país mujeres tan bellas como las hijas de Job.”
(Job 42:12-17 NVI)

¡AUNQUE TU MUNDO HOY ESTÉ EN OSCURIDAD, NADA PODRÁ FRUSTRAR LOS PLANES QUE DIOS TIENE PARA TI!



Carta de un alma herida

Y volverán los rescatados por el Señor, y entrarán en Sión con cantos de alegría, coronados de una alegría eterna. Los alcanzarán la alegría y el regocijo, y se alejarán la tristeza y el gemido.
(Isaías 35:10 NVI)
Aquel fatídico día, en el que cosechaba todo aquello que durante años sembró, dolor, tristeza, desesperación, sentimientos de derrota y frustración, seguidos de pensamientos de no querer vivir, eran la consecuencia de palabras llenas de rencor, rabia y actitudes de rudeza de un lado y otro.
Como fruto de todo esto, Ana Sofía, sufría el abandono, la desilusión y la desesperanza. Cada golpe, palabra e insulto recibido, eran puñaladas directas al corazón, se sintió humillada, desvalorizada, nada de lo que hiciera o dejara de hacer contaba, porque al final, todo sería en vano.
Renegaba del Padre celestial,yen su desidia,entregó al enemigo su dignidad, su valor como mujer y todo su ser. No conocía en aquel entonces de Jesucristo. Esa noche, pensó que no tenía sentido vivir, si la persona que amaba no permanecía a su lado, y concluyó en sus fuerzas, que la mejor salida era atentar contra su vida, sin importar que su pequeña hija de 2 años, la necesitaba y que allí con ella se encontraba.
Meses más tarde, conoció a un Dios misericordioso que le enseñó, que como persona vale su sangre y que como su hija consentida, todo lo que le sucedía era para su bien. No se arrepiente de todo lo vivido, no cambiarían los malos ni los buenos momentos que pudo experimentar, porque en cada uno de ellos, puede ver la mano de su padre, tratando directamente con su carácter.
Hoy, no es la misma de ayer, es más fuerte, valor a cada segundo de su existencia y cree que todo es posible para aquel que en su amor la diseñó.
Con su corazón restaurado, Ana Sofía le escribió a Santiago la siguiente carta:
Perdóname una y otra vez por llevarte al límite, quisiera haber podido cambiar tan rápido como nuestra mente espera que se dé ese cambio; perdona, porque quizás no me esforcé lo suficiente, disculpa mi debilidad, al no haberte amado como lo merecías, y por fracasar al no ser la ayuda idónea y mujer virtuosa que esperabas que fuera. Jamás usé máscaras, soy lo que soy, auténtica, honesta, fiel a mis principios y creencias, nunca te mentí acerca de mis sentimientos, lamento que mis actitudes, te llevaran a pensar de mí lo contrario.
Me sentía impotente, porque tus  palabras y acciones rudas y mi necedad al no saber aplicar la teoría, me descontrolaban. Deseaba que me hablaras con amor, que lo que me pedías lo hubieras hecho con delicadeza, para que de ésta manera, me hubieras ayudado un poco, porque desafortunadamente tus debilidades eran también las mías, yo te respondía de la misma manera grosera, y hoy veo, que mi falta de respeto y tu falta de amor, fue lo que agravó las cosas entre nosotros.
Deseaba con ansias que esa unidad de la que tanto nos habían hablado en la Iglesia, llegara prontamente a nuestro matrimonio, que el sujetarme y someterme a ti no me costara tanto, que fuera digna de tu admiración, de tu confianza, ser fuente de bien para ti, trabajar a tu lado por darle a nuestra hija lo que necesitaba, complacerme en tus logros, preocuparme por nuestro hogar, revestida de la fuerza y dignidad que solo el Todopoderoso podía concederme, hablar con sabiduría y con ternura cuando no estaba de acuerdo contigo, cuidar de nuestro hogar sin queja alguna, dejar de pensar en mí para empezar a pensar más en ti y en tus necesidades para que algún día, reconocieras mis logros y alabaras mis obras públicamente como lo dice proverbios 31, pero ya es demasiado tarde para los tres… te amé con todas las fuerzas de mi corazón, y no me importaba si moría en el intento, hoy quiero ver la mano poderosa de Dios sobre ti, porque esa será la verdadera recompensa que recibiré hasta el final de mis días, ver su gloria, reflejada en tu vida!
Hoy, tengo la oportunidad de rehacer mi vida, conocí un hombre maravilloso que se esfuerza por ser mejor para Dios cada día, que como yo, es una persona imperfecta, y que desea ser feliz y cumplir el plan y el propósito que tiene nuestro Señor para nuestro hogar. Muchas personas pensaron que fracasaríamos, pero seguimos juntos, unos días bien, otros días con nuestro mundo tambaleando, pero con la plena fe y confianza de querer seguir hacia adelante, porque sabemos que nos espera un galardón eterno y espectacular si le apostamos a lo que Dios quiere.
Mi tiempo junto a ti, no fue en vano, cada lágrima, cada acción y cada palabra desacertada, retumban en mi mente, como un instructivo claro de lo que ya no debo hacer y gloria a Dios, en el proceso,lo conocí a Él, para deleitarme en la verdadera felicidad.
Reconociendo mi responsabilidad, perdonando con sinceridad y esperando que El Señor te bendiga hoy y siempre,
Con aprecio,
Sophie
“Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús”
(Filipenses 3:13-14 NVI)


miércoles, 5 de agosto de 2015

Derribada mas no destruida

“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”
(Jeremías 29:11 NVI)
Hace unos días, recibí el siguiente mensaje de una seguidora de mis escritos: “Tengo 28 años y soy madre soltera y sé, porque no soy el único caso en que las charlas del área sentimental van más guiadas obviamente a los jóvenes, pero ¿qué hay de nosotras las que ya no somos vírgenes y somos madres? ¿Tenemosuna oportunidad? ¿Podemos soñar con un nuevo hogar? ¿Un hombre podría amar a mi hijo, así no sea de él?¿Pesa más mi rol como madre y por ello debo dejar de soñar como mujer al querer ser amada por una pareja? Son tantas preguntas y situaciones que a veces llega el desánimo y la soledad…”, como le prometí, ésta es mi respuesta…
Nací en el seno de una familia tradicional católica, en la época en la que la sociedad señalaba sin piedad a aquellas mujeres que sin estar casadas quedaban embarazadas. Era una constante, que para nuestros padres, fuera un tabú hablarnos acerca de las relaciones sexuales o los métodos de planificación familiar y nuestra única guíaante el desconocimiento de Dios, eran nuestras emociones al idealizar el maravilloso cuento de hadas de príncipes y princesas perfectas, en donde predominaba el “fueron felices para siempre”.
Liberarnos del yugo de nuestros progenitores era una prioridad, ya que en su manera  autoritaria de guiarnos, nos impedían vivir sin límites y a nuestro antojo. Hoy que soy mamá, entiendo la responsabilidad que tenemos delante de Dios, de guiar a nuestros hijos por el buen camino y es ahora, al desempeñar ese rol, que me gustaría que mis hijas comprendieran que cuando un papá o una mamá le llama la atención a su hijo sobre algo que le inquieta, no es algo prohibitivo sino de protección, a causa del amor infinito que siente en su corazón hacia su tesoro más preciado.
Con una relación de noviazgo muy larga, me casé profundamente enamorada con quien creía era mi príncipe azul.Muy pronto fui mamá de dos hermosas princesas y lo impensable sucedió, se sobrevino el divorcio y yo me enfrenté a mi nueva realidad; Madre cabeza de familia, estado civil divorciada, con un trabajo en el que no ganaba mucho dinero, con dos preciosas hijas a mi cargo que requerían de todo mi amor y mi atencióny con la declaración contundente dada por el hombre a quien amaba: “con 30 años y dos hijas, nadie se va a fijar en usted”… fue en ese preciso instante cuando más devastada me sentí…
Mi proyecto de vida, de ser esposa y tener una familia feliz, aparentemente había terminado, mi corazón dejó brotar una raíz de amargura y tristeza, abandoné aquella ciudad tratando de encontrar calor de hogar al lado de mis padres, quienes con todo su amor me motivaron a afrontar como guerrera la consecuencia de mis malas decisiones…es decir, aceptando mi condición de madre soltera.
Y sí, así lo hice… Me bauticé y nací de nuevo…me radiqué en Bogotá – Colombia y Dios me abrió puertas en un trabajo estable, me reencontré con amigos, hice una especialización y le entregué al Señor mis cargas, mis miedos y mis inseguridades, poco a poco fui tomando la fuerza para sacar adelante a mis niñas y aquella declaración de soledad fue quedando en el pasado.
Me equivoqué, pero Dios no me ama por las buenas o malas decisiones que tome, Él me ama, porque es mi papá y soy su hija, espera lo mejor de mí, desea que entienda, que si me caigo, estará siempre a mi lado para sostenerme y levantarme, y que de su mano, tendré muchas oportunidades para ser feliz. Él nos muestra un camino más largo pero seguro, y que yo haya tomado el más corto y difícil, no me hace menos digna de recibir mi herencia eterna.
Es importante no olvidar que tenemos un Dios perdonador, Él tiene el poder de restaurar, sanar y levantar de las ruinas lo que a causa de nuestro pecado se ha secado en nuestra vida. Cada día,es un día para empezar de nuevo y hoy no es la excepción, porque tu futuro no está dado al azar, cumple un plan y un propósito en las manos de Dios y cada experiencia vivida, es fuente de consolación para otros que pasan la misma situación que tú y se sienten perdidos sin saber qué hacer.
Dios es tan lindo, que se toma el tiempo para moldearnos a través de las duras pruebas que atravesamos. Hace 7 años, llegó a mi vida el hombre que cambiaría mi historia, que me ama y ha estado dispuesto a tomar aire e impulsarme a cumplir mis metas, cuando las circunstancias se han puesto difíciles. Él ama y respeta a mis hijas como si fueran propias y me ha dado la oportunidad de ser esposa, mamá y soñar con un hogar Cristiano feliz…créanme, en Dios, vale la pena soñar, esperar y confiar, porque Él nunca falla.
Eres una hija de Dios y como tal, te animo a que cobres aliento y recuerdes que no estás sola, el Señor te acompaña en cada paso que das y Él terminará su obra en ti. Camina en obediencia y total dependencia, tu papá, el dueño de todo lo que existe, tiene el poder de hacer tus sueños realidad…

¡Declárate en victoria, tu historia aún no ha terminado! 

“Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús
(Filipenses 1:6 NVI)


lunes, 3 de agosto de 2015

¿Sobre la roca o sobre la arena?

“¿Por qué me llaman ustedes “Señor, Señor”, y no hacen lo que les digo? Voy a decirles a quién se parece todo el que viene a mí, y oye mis palabras y las pone en práctica: Se parece a un hombre que, al construir una casa, cavó bien hondo y puso el cimiento sobre la roca. De manera que cuando vino una inundación, el torrente azotó aquella casa, pero no pudo ni siquiera hacerla tambalear porque estaba bien construida. Pero el que oye mis palabras y no las pone en práctica se parece a un hombre que construyó una casa sobre tierra y sin cimientos. Tan pronto como la azotó el torrente, la casa se derrumbó, y el desastre fue terrible.”
(Lucas 6:46-49 NVI)
Mi nombre es Liliana Fragozo Sarmiento, mis amigos, me llaman Lilo de Sierra. Soy una mujer espontánea, honesta, responsable, echada para adelante, de carácter fuerte, hija de Dios y soñadora…especialmente eso, soñadora….
Tengo muchos defectos, algunos de ellos, me han hecho resbalar a lo largo de mis 37 años de vida, y reaccionar de manera equivocada a muchas situaciones que vivo diariamente. Ustedes podrían pensar, que soy la más Cristiana de las Cristianas, y que en el 100 por ciento de las experiencias que se me presentan, actúo tal y como Dios quiere que lo haga, pero no es así, también me equivoco, pero al final, sé quién es mi ayudador, mi consolador y el único que puede rescatarme, mi Dios, mi todo, el que me guía y me orienta a lugar seguro, esa es la diferencia.
Para escribir sobre éste tema, investigué sobre cómo se construye el cimiento de una casa y encontré, que es lo más importante del proyecto, porque es lo que soportará las cargas dinámicas y estáticas que se puedan presentar, evitando el hundimiento del suelo y las posteriores grietas y fisuras que éste impase pudiera generar. Antes de construirla, es necesario estudiar el terreno previamente y calcular la profundidad para que ésta sea la justa, para determinar la resistencia del suelo y el tamaño de la carga a soportar. La premisa es sencilla, cuanto más profundo se cave, la tierra estará más compacta y la casa no se caerá tan fácilmente.
Bueno, has la analogía, cada área de tu vida  es una casa a construir. Cuando se presentan los problemas, es cuando ves qué tipo de cimiento tienes en cada una de ellas.
Has construido sobre la arena, si llevas una vida inestable, sientes que no hay respuesta, ni cambio en algunas de esas áreas. Quitas la maleza, pero con el tiempo, esa maleza vuelve a crecer y te desanimas fácilmente, llega el problema y sientes desfallecer, pensando que huir de esa situación es tu mejor salida. No avanzas, estás inmerso en una arena movediza que te hunde cada día más.
El fruto que das, es el que refleja el cimiento en el que está construida tu vida:
“Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje; idolatría y brujería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos y envidia; borracheras, orgías, y otras cosas parecidas. Les advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.”
(Gálatas 5:16-2 NVI)
Quieres cosechar bendiciones, pero día a día, edificas, sin cambiar el cimiento: fornicación, pornografía, masturbación, morbo a la hora de hablar, miradas hacia el sexo opuesto cargadas de pecado, infidelidad, discusiones, faltas de respeto continuas, agresividad, mentira, vicios, grosería, es lo que domina tu existir. Todas estas cosastraen una aparente satisfacción  por evocar lo prohibido, el placer de lo oculto, lo escondido, pero a la larga traen, ruina, esclavitud y destruyen lo poco o mucho que hayas logrado construir, robándote la paz y todas tus bendiciones.
Prefieres agradarle al mundo, antes que a tu creador. Culpas a otros incluyendo a Dios, Justificas tus acciones, te mientes a ti mismo, pero hay una realidad irrefutable, puedes esconderte de quienes están a tu alrededor, pero de Dios no, porque solo Él  puede examinar tu corazón.
Para edificar sobre la roca, es necesario tener a Cristo en el corazón, no es solo creer en Él, sino vivir para Él, es decidir no llevar una vida carnal.
El Cristianismo no es solo congregarte, recibir consejería, leer la biblia y ayunar, es vivir todas esas cosas, ser sincero y honesto delante de Dios, dando un testimonio real de lo que profesas.
Edificar sobre la roca lleva tiempo, porque hay que cavar hondo y se necesitan disciplinas que te brinden estabilidad.
“En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas. Los que son de Cristo Jesús han crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus pasiones y deseos. Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu.”
(Gálatas 5:16-25 NVI)
Para que tu vida sea edificada sobre un cimiento fuerte, debes tomar decisiones radicales, que te permitan crucificar lo que sea que estás haciendo, que ofende a Dios.
Podrás disfrutar de una buena cosecha, a través de un crecimiento continuo, dejándote guiar por Dios, sin recriminarle, en la quietud de su amor, porque las pruebas, se seguirán presentando, pero sólo de su mano permanecerás en pié.
El mundo está lleno del normal, si quieres subir un nivel más, deberás cavar más profundo, de la siguiente manera:
  1. Hacerte fuerte a través de la oración (1 Reyes 22:5-7 NVI), no solo orar cuando tengas problemas, sino para TODO, colocar delante de Dios tus debilidades, es Él quien tiene los recursos, la gracia, el poder para fortalecerte, y está dispuesto a ayudarte cuando lo necesites…sólo búscalo (Mateo 7:8)
  2. Crear hábitos espirituales. Orar, leer la biblia, congregarse, ayunar, perdonar, obedecer, manejar los conflictos a la manera de Dios, es allí en donde se edifica realmente tu vida. Son los principios y parámetros con los que de ahora en adelante regirás tus acciones. Adquirir una disciplina no es fácil y toma tiempo, es romper con un hábito anterior, entrenarse diariamente, hasta que se haga parte de ti. Cambiar los hábitos carnales por los espirituales, es la única manera para poder recibir bendiciones(Hebreos 12:11 NVI).
  3. Usar las palabras correctas. Permitir en los diálogos que sostienes con otras personas, críticas destructivas, el hablar mal de otros, proferir insultos, gritos, groserías, trae maldición a tu vida y a las personas que te rodean. Es necesario cambiar sutilmente la conversación, alejarse, dominarse antes de traer destrucción. Recuerda que Dios nos ha otorgado el poder de elegir entre la bendición y la maldición, es nuestra decisión y responsabilidad lo que sale de nuestra boca (Efesios 4:29 NVI).
Como les decía al principio, soy una soñadora, sueño con el día  en el que al ser llamada a rendir cuentas, sea Jesús quien me apruebe a través de su sonrisa. Sueño, con que no me cueste obedecer, criticar, juzgar, o tratar de cambiar el universo a punta de Bibliazos, sino que mi actitud, mi vida, mi testimonio como una persona  íntegra y respetuosa, logre impactar el mundo. Sueño, con que cada día, sea la oportunidad de ser mejor para el Señor, en ayudar sin señalar, en dar fruto para cambiar corazones de piedra, en corazones enamorados de Dios.
Hoy, es un día en el que te invito a reflexionar  sobre tus metas, sobre hacia dónde quieres llevar tus sueños, tu matrimonio, tu noviazgo, tu trabajo, tu hogar. Es hora de trabajar en un sólido proyecto de vida, en el que hagas uninventario de metas y definas cómo las vas a lograr. No es suficiente con hacer la lista, debes ir más allá, analizar en dónde estás parado, en dónde está edificada tu vida, si está sobre la roca o sobre arena, porque del cimiento sobre el que construyas tus sueños, dependerá que se hagan realidad.

¿CUÁLES SON TUS SUEÑOS?, ¿EN DÓNDE ESTÁS PARADO?, ¿ESTAS DISPUESTO A CAMBIAR TU REALIDAD?…¡PUEDES LOGRARLO!

“Si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos.
[Jesús respondió] —¿Cómo que si puedo? Para el que cree, todo es posible. “
(Marcos 9:22-23 NVI)