lunes, 31 de octubre de 2016

Un dulce y nuevo amanecer

Escrito por Lilo de Sierra




“El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él es Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos construidos por hombres, ni se deja servir por manos humanas, como si necesitara de algo. Por el contrario, él es quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas” 
(Hechos 17:24 NVI)

Amanda, una mujer de aproximadamente 23 años, prostituida desde niña, rechazada por su padre, abandonada, triste, sola, maltratada y humillada; usada y sin esperanza. No podía anhelar aquello  que ignoraba que existía, el amor verdadero, la lealtad, la calidez y la dulzura…¿Crees que tu vida ha sido dura?, no te alcanzas a imaginar lo que ella ha tenido que enfrentar, su dignidad le ha sido arrebatada…solo un milagro puede darle una vida nueva, un salvador, alguien dispuesto a dar su propia vida por ella, sin pedir nada a cambio….

Allí está El, el Omnipresente, susurrándole al oído que la ama como nunca ha amado a nadie, está a su lado, la observa detenidamente, en todo tiempo y todo lugar (Jeremías 23:24 NVI). Desea habitar en su corazón, restaurar y sanar las heridas profundas que los hombres le causaron. Él es diferente, no miente, da vida, da aliento… lo da todo (Hechos 17:24 NVI).

Ella no lo sabe, Él es Omnisciente, conoce su pasado, su presente y su futuro. Lo que ha hecho, lo que está haciendo y lo que hará. Al leer sus pensamientos navega entre la incertidumbre y la oscuridad; nada escapa ante sus ojos. (Hebreos 4:13 NVI).

Amanda se resiste ante su voz seductora, la que le dice que hará maravillas inimaginables y que volverá a brillar como la luz del sol. Tiene miedo, no sabe si buscarlo, le huye al abandono y al desprecio; Él se dejará encontrar en el momento perfecto y oportuno. (1 crónicas 28:9 NVI)

¿Puede algo o alguien cambiar el rumbo de su destino? ¿Estará condenada para siempre al fracaso y al desdén? ¡NO! al Omnipotente, al Señor Todopoderoso, aquél que tiene autoridad sobre todas las personas y las cosas, no le ha quedado grande su vida. Tiene un plan para ella que se cumplirá pase lo que pase (Job 42:1-2). Para Él no hay NADA imposible (Jeremías 32:27 NVI)

¿Y si le da una oportunidad?, que pasaría si por un instante le entrega el control de sus circunstancias, la sed en el desierto, el pecado que corre entre sus venas. Ha escuchado que es Perfecto y Santo, es absurdo creer que así, imperfecta como es, alguien pueda interesarse en su bienestar…pero así es, ella necesita desesperadamente sentirse amada y Él ser recibido con confianza…

Amanda eres tú y aquel hombre es Dios…unidos en un solo ser y con un solo objetivo una vida feliz en la eternidad. El pasado ha quedado atrás y se vislumbran cosas nuevas, únicas y especiales en el mañana junto a Él.

Un hermoso y cálido amanecer sonroja sus mejillas, es el amor de Dios que la cubre desde su cabeza hasta los pies. Le infunde nuevas fuerzas y la hace soñar con una vida nueva, distinta a la que ha conocido; ya no se siente sola...

“Solo no estoy, porque el Padre está conmigo.”
(Juan 16:32 NVI)


Agüita e’ Canela




Escrito por Lilo de Sierra

“La verdad es que no entiendo nada de lo que hago, pues en vez de hacer lo bueno que quiero hacer, hago lo malo que no quiero hacer. Pero, aunque hago lo que no quiero hacer, reconozco que la ley es buena. Así que no soy yo quien hace lo malo, sino el pecado que está dentro de mí”.
(Romanos 7.15–17 TLA)

Quisiera que se llegue el día en el que fuera una perfecta cristiana, que no falle, que no diga ni una sola grosería, que no me enfade con nadie, que mis actitudes, gestos y palabras sean suaves, que no murmure de la gente a mi alrededor jamás…pero creo que es un reto muy difícil de lograr.

Sí, ¿creíste que porque escribo de Dios y para Dios, estudio la Biblia, soy maestra de Iglesia infantil, me congrego juiciosa, soy un dechado de virtudes?; puede que sí, pero la realidad es que por cada virtud tengo un gran defecto y aún estoy en proceso de formación.

Cada día es un reto y viene acompañado de su propio afán (Mateo 6:34 NVI). Doy lo mejor de mí y eso lo ve el Señor en mi caminar con Él. Me pesa el corazón cuando le fallo y al final del día me presento ante Él para decirle que lo amo, pedirle que me perdone por mis faltas y me ayude a resarcir lo que con mi carnalidad dañé.

Si fuéramos perfectos seríamos iguales a Dios, pero en realidad Él no busca nuestra perfección, sino que en nuestro interior exista verdadero arrepentimiento y una actitud de cambio que le demuestre que somos sensibles a su disciplina.

Me he venido entrenando en ser prudente, en no entrar en disensiones y contiendas sin sentido para no verme envuelta en situaciones incómodas que me llevan a actuar contrariamente a la voluntad del Señor. A veces, siento que retrocedo cuando no soy capaz de evitarlo, pero tomo un nuevo respiro, cojo impulso y sigo para adelante porque la meta está en frente, el Señor es quien me guía y el enemigo vencido está.

Frecuentemente señalados y juzgados por ser Cristianos; existen creyentes cuya conversión tiene como cimiento la falsa teoría de la prosperidad (carro, casa y beca); los fanáticos y legalistas que llevan al extremo su fe, a tal punto que su testimonio es poco creíble por la manera poco asertiva de defender sus creencias; y estamos los que vemos el cristianismo como un estilo de vida, en el que el crecimiento es constante y directamente proporcional a nuestra relación personal con Dios.

Sí, se vale intentarlo una y otra vez hasta que alcances el nivel apropiado en el que entiendes que eres valioso para Dios por tus firmes convicciones de permanecer en Él, aunque te equivoques. El acusador querrá que claudiques y des marcha atrás, pero el Señor conoce tus esfuerzos y te recompensa en la medida en que perseveres y no te rindas.

Tenemos un temperamento que dominar y un carácter que debe ser moldeado, pero eso no nos hace mejores ni peores que nadie; es el toque especial que el Señor ha puesto en cada uno de nosotros y que nos hace únicos y valiosos para su reino.

“Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido”.
(Hebreos 10.36 NVI)

Escrito para www.destellodesugloria.org / www.conectadosconcristo.com



jueves, 6 de octubre de 2016

Un encuentro personal con el Señor





“También escogió Dios lo más bajo y despreciado, y lo que no es nada, para anular lo que es, a fin de que en su presencia nadie pueda jactarse”.
(1 Corintios 1: 28 -29 NVI) 

Nos dirigíamos rápidamente hacia la iglesia, el reloj marcaba las 11:45 de la mañana. Transitábamos por una de las calles principales de una ciudad en la que el tráfico suele ser caótico, sobre todo cuando andamos de afán; de repente, llamó mi atención un viejito arrodillado a un costado de la calle. Parecía que estuviera orando, con sus rodillas sobre el pavimento y su mirada perdida hacia la nada…

Mi pensamiento y mi corazón se sobresaltaron, era importante atender la voz que me decía que debía parar; pero… ¿Qué diría mi esposo?¿llegaríamos tarde al culto?¿parecía imposible orillarse por la cantidad de carros que nos rodeaban; sin embargo, el semáforo en rojo era una oportunidad para no callar mis pensamientos y expresar mi ansiedad.

Amor, ¿viste el Señor que estaba arrodillado? pregunté tímidamente, él mirando por el retrovisor, me respondió que no lo había visto, pero como si estuviera conectado conmigo, me preguntó si quería que parara, a lo que respondí ¡Sí!...

Tenía poco dinero en mis bolsillos, decidida a entregárselos corrí hacia donde él estaba… Señor le dije; él levantó la mirada, nunca antes había sentido algo parecido, sus ojos de un color verde especial, brillaban intensamente. Le entregué el billete que tenía en mis manos y le dije, no todos los días serán fríos y oscuros, a lo que él tiernamente contestó señalando el cielo sobre su cabeza así es, Él Señor está conmigo; la calidez de su voz llenó mi corazón por un instante; bendiciéndolo corrí hacia mi familia que me esperaba y continuamos nuestro camino.

Pude seguir de largo y doy gracias al Señor que no lo hice. Tener un encuentro personal con Dios es verlo a través de la mirada de lo repudiado por la sociedad; prostitutas, indigentes, abuelitos abandonados a su suerte, que con su avanzada edad se encuentran pidiendo dinero en los semáforos; indiferencia y falsa piedad que inunda nuestro ser; inmisericordia vil y despiadada, ponemos pan en nuestra boca y se lo negamos al que en una esquina clama por ayuda para saciar su hambre y sed. Olvidamos que somos las manos de Jesús aquí en la tierra y que nuestro llamado como hijos es el de anunciar las buenas nuevas con un buen testimonio y no con palabrerías, santurronerías y simulada humildad.

Retumban en mi mente las palabras de Jesús cuando dijo: “Lo que ustedes hicieron para ayudar a una de las personas menos importantes de este mundo, a quienes yo considero como hermanos, es como si lo hubieran hecho para mí.” (Mateo 25.40 TLA) y no puedo evitar pensar que aquellos ojos verdes al mirarme fijamente rearguyeron todo mi ser.

Nos creemos buenos porque no le hacemos daño a nadie; la realidad es que sin hacer nada, permaneciendo apáticos e insensibles nuestros resultados serán nefastos. No soy mejor que tú, fallo constantemente, me falta dar mucho más de mi misma con el objetivo de no amoldarme al mundo actual para poder agradarle a Dios; soy débil en muchas áreas de mi vida, lucho con algunas fortalezas que se han erigido en ella, pero sé que con la ayuda de un Dios que toma lo despreciable del mundo para hacer cosas extraordinarias, podré cumplir mi propósito.

Tenemos un llamado; quizás no somos científicos con un alto coeficiente intelectual, no somos poderosos, ni multimillonarios; a lo mejor te consideras el más pecador de los pecadores, te crees poco importante y pueda que sea verdad a los ojos de los hombres, pero con toda seguridad te digo que para Dios, fuiste, eres y serás lo más grande de su creación. 

Qué bueno poder dar un poquito de lo que por su gracia hemos recibido a quienes están necesitados de un poco de amor; basta con una sonrisa, un abrazo, una oración en un momento oportuno, una taza de café o una palabra de afirmación que le dé la gloria a quien ve en ti lo mejor de lo mejor.

“Hermanos, consideren su propio llamamiento: No muchos de ustedes son sabios, según criterios meramente humanos; ni son muchos los poderosos ni muchos los de noble cuna. Pero Dios escogió lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos”.
(1 Corintios 1. 26-27 NVI)


Escrito por Lilo de Sierra para www.destellodesugloria.org