jueves, 14 de marzo de 2013

Dura como una roca


Dura como una roca.....

Es lo que las personas a tu alrededor esperarían de ti, que actuarás como si en tu pecho albergaras una gran y fuerte roca, inmune a todo lo que te sucede…más sin embargo, la realidad es que Dios nos creó sensibles “Cómo el vaso más frágil” nos dice en 1 Pedro 3:7 8 (versión Reina Valera), con un corazón de carne, fuerte, capaz, pero vulnerable al saberse herido, atacado, humillado o simplemente traicionado.

Dios nos exhorta en 2 de Timoteo 1:7 a creer en que Él no nos ha dado espíritu de temor, sino de fortaleza, amor y templanza (Reina Valera), no nos ha dado espíritu de timidez, sino de poder, amor y dominio propio (NVI), más sin embargo, es tan difícil asumir que el mundo a tu alrededor se siente tambalear cuando las cosas no salen tan bien como pensabas, cuando una buena intención no dio los resultados esperados, cuando alguien a quien confiaste tus tesoros más preciados te falló y quiso destruir, no solo su confianza sino su ser, es complicado actuar como si nada pasara y poner una sonrisa en tu rostro, cuando tu corazón está resquebrajado, cuando sientes que tus esfuerzos por ser la mejor  EN TODO, no da su fruto….quizás pensaste que actuando de la manera en que lo hiciste, estabas haciendo lo correcto y te equivocaste….

Quiero invitarte, a creer en tí misma, a no pensar en el pasado, en lo que sucedió, en las consecuencias negativas de tus acciones, pensamientos o palabras dichas de la manera, en el tiempo y lugar equivocados, en las malas decisiones que tomaste, hoy, te invito a agarrarte de la mano de un Dios que prometió darte lo mejor, a cuidar de tu corazón, a que con todo poder y autoridad, conquistes y ganes la batalla que libras hoy en tu vida, tu puedes!!!, tienes la fuerza, el valor y Él, que te ama, para quien eres la niña de sus ojos, te restaurará y hará de tí una mujer libre y feliz.

Nuestro Dios, es un Padre que  perdona nuestras faltas, nuestros errores y ofensas, conoce las heridas que cargamos en el corazón y la amargura que se ha apoderado poco a poco de nuestra existencia a causa de terceras personas, solo nos pide que tomemos la decisión, de dejarle a Él, el cómo mejorar las cosas, nos solicita con amor perdonar a quienes nos han ofendido, para que su infinito poder pueda actuar sobre nosotros, derramando bendiciones de paz y convirtiendo nuestra vida y la de quienes amamos en una vida llena de victoria.

El pasado no lo podemos cambiar, debemos avanzar con paso firme colocando en manos de Dios, nuestros proyectos, nuestros planes, nuestra familia, nuestro novio, nuestro Esposo, nuestros hijos, amigos y enemigos, con toda la confianza que una hija debe tener en su Papá!!, no estás sola, Él está contigo, te lo susurra al oído en éste momento, debes disponer tu espíritu a escucharlo…en Génesis 28:15, con todo su amor, te dice “Yo estoy contigo. Te protegeré por dondequiera que vayas, y te traeré de vuelta a esta tierra. No te abandonaré hasta cumplir con todo lo que te he prometido”…Si la Biblia lo dice, es porque es verdad…créelo…Él, aunque no lo veas, no lo escuches, no lo sientas, está ahí, sentado a tu lado, esperando el tiempo perfecto y haciendo de ti, la mujer que Él espera que seas….Sé fuerte y Valiente…recuerdas?? Mujer ejemplar, mucho más valiosa que las piedras preciosas (Proverbios 31:10), Mujer Capaz de realizar grandes proezas (Proverbios 31:29), Mujer hermosa, “Toda tú eres bella, amada mía; no hay en ti defecto alguno” (Cantar de los cantares 4:7), pero sobre todo, Jamás olvides, que el Señor infundirá en ti nuevas fuerzas... “pero los que confían en el Señor    renovarán sus fuerzas;    volarán como las águilas:    correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán” (Isaías 40:28-31),  Para que con tu comportamiento, al hacer las cosas de la manera que le agraden a Él, haciendo Su voluntad recibas una dicha duradera y una recompensa eterna.





"Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y para los hombres; sabiendo que del Señor recibirás la recompensa de la herencia. Porque a Cristo el Señor sirves: (Colosenses 3,23-24)
 

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