lunes, 9 de junio de 2014

Ni santurrona ni legalista, solo soy una cristiana más


En muchas oportunidades, Dios me ha confrontado, sobre lo que he hecho a lo largo de mi vida. Un divorcio rodeado de mucho dolor, tristeza y decepción, pocas posibilidades de conseguir un muy buen trabajo, la pérdida de mi mejor amiga, una posibilidad de cáncer de cuello uterino, la separación de mis hijas, un nuevo matrimonio con muchos altibajos y mi debilidad espiritual. Dios me ha dicho por medio de su palabra que es en mis pruebas que se forja mi carácter y desarrollo la perseverancia que trae consigo la esperanza de poder alcanzar paz y alegría perdurable en mi vida.

Entiendo que aunque me distancie de Él, NADA podrá separarme de su amor, y que no importa lo que los demás piensen de mí, Él me creó y me ama tal cual soy.

Solo aquellos que en realidad me conocen y me aprecian con mis aciertos y desaciertos saben, que no soy la misma de años atrás, lo que he vivido me ha dejado ver, que soy lo que soy, porque Dios así lo quiere, que no puedo obligar a nadie a que me ame pero si puedo aprender de mis errores, levantarme y seguir hacia adelante. Puedo estar sintiendo en mi corazón que nada vale la pena, pueda que no entienda el porqué de las cosas pero en Él siempre hay un propósito y tengo claro que pase lo que pase, nunca estaré sola, porque Él permanecerá SIEMPRE a mi lado, sosteniéndome con su diestra victoriosa.
Quizás hoy, algunos me tilden de santurrona o de legalista, pienso que realmente no me conocen, me considero solo una Cristiana más, así como ustedes, con ánsias de que Dios siga actuando en mi vida y termine su obra en mí...creo que eso es algo entre Él y yo...en el resultado si tienen que ver ustedes, quienes verán que tan especial y perfeccionista es Él cuando de transformar corazones se trata... 

No temo lo que venga adelante, no miraré hacia atrás, tengo un mundo que conquistar, unas hijas hermosas por quien luchar, un futuro digno de un papá que es dueño del oro y la plata, metas, sueños y un llamado que cumplir.

Como me lo indica el salmo 63, hoy repito una y otra vez “Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser te anhela, cual tierra seca, extenuada y sedienta”, miro al cielo, y pongo mi esperanza en ti Señor mío y te pido con todo mi corazón bendigas el camino de cada persona que haya pasado por mi vida, para así poder recibir de tí, tu aprobación.

Hoy declaro victoria en mi vida, como Moisés, Noé, Gedeón, Elías, Pablo y el mismo Jesús, que mis debilidades, tristezas, pruebas y temores no rigen mi existencia que el dedo que hoy me señala, algún día valorará lo que ofrecí y que de la mano del Padre Celestial, obtendré la victoria.

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